La generación de electricidad con paneles solares guarda una estrecha relación con la lucha contra el cambio climático. Las iniciativas de los gobiernos van en dirección de lograr un abastecimiento energético sin sacrificar el ambiente.
La instalación de sistemas fotovoltaicos reduce las emisiones de gases tóxicos a la atmósfera y disminuye considerablemente la tala de árboles. En este sentido, vale resaltar que los bosques capturan 2 toneladas de carbono por hectárea al año.
Así, todo kWh que se gana en generación de energía limpia no contaminante repercute favorablemente en el ecosistema. Pensemos, por ejemplo, en la tala que requiere la instalación de las líneas de alta tensión para transportar electricidad.
Otra variable importante es la baja cantidad de dióxido de carbono que se produce en la instalación final de paneles solares. Valga decir, desde la extracción de materias primas, fabricación, traslado e instalación de los sistemas fotovoltaicos.